No os creais, es mi cámara que os saca bien

El rescate de Bear Stearns por parte de J.P. Morgan con la garantía última de la Reserva Federal de Nueva York, ha llevado a diversos articulistas norteamericanos a cuestionarse si no nos encontramos ante el final del capitalismo financiero tal y como lo hemos entendido hasta ahora. Personalmente creo que no. O, al menos, no del todo.

Y es que la última intervención por parte de las autoridades monetarias estadounidenses no es sino una continuación de su apuesta por la estabilidad de los mercados frente a otras variables, como la inflación; una opción que se ha ido consolidando a lo largo de los últimos veinte años. Tipos al mínimo, cuando ha sido necesario, que han generado burbujas.

Y frente a ellas, la confiada tranquilidad de los inversores ante el paraguas que Papa FED otorgaba a sus excesivos riesgos. Una vez más el debate del riesgo moral. Desde hace muchos años, en Estados Unidos, cuando truena, Santa Bárbara toma forma de la put de Greenspan o el helicóptero de Bernanke alimentando así la complacencia de los afectados por la tormenta, revista ésta la forma que sea. No es una novedad.