martes, 15 de enero de 2008

dónde te metes?

Éste es un mensaje para mi amigo/a invisible.
Oiga! Oiga! Oiga!

nada... ¡mierda!... llamaré más tarde


16 comentarios:

Anónimo dijo...

Quieres un pijama?

Anónimo dijo...

no
un paquete de mesclaillo de 25

Anónimo dijo...

mesclaillo no nos queda
quieres wisosmán?
o un tanzanito?

Anónimo dijo...

el tanzanito me sienta perrunamente
preferiría un cromo de Clotet
o un tirachinas relámpago...
no sé... indeciso me encuentro...

Anónimo dijo...

pídele el ticket!!
primordial!!

Anónimo dijo...

oye, primordial lo serás tú!!
habráse visto!

Anónimo dijo...

habláis súper raro...

Anónimo dijo...

y tú quién eres?
da un paso adelante y explícate!

Anónimo dijo...

déjala, vale, es una amiga mía y vale un montón
alguien puede sacarme de aquí?
ha dicho puta?!!
menudo escándalo!!

Anónimo dijo...

el pijama lo quieres a rayas?

Anónimo dijo...

Mejor un cd de la discografia de Teresa Rabal?

Anónimo dijo...

estais muy desfaenaosssssssss....jajajaja

Anónimo dijo...

Elizabeth es una amiga del Sr. Estaçió, la cual quiso comerle el tarro en Vaiven

Anónimo dijo...

Yo una vez vi un tarro.

garitto dijo...

Sí, yo también. Era como así, como con venas, largo, y sabía saladito. También me lo comí.

Anónimo dijo...

oh, sí, recuerdo aquella voz metálica perforando mi paciencia... mientras los altavoces escupían el éxito estival El Venao, ella insistía en invitarme a un Tab Cola. Sabido era en toda la comarca que yo odiaba el Tab, y aún más el de cola. Se pegaba al paladar como el cuero a la bota de Diego. Algunos de aquellos jóvenes trabajan hoy en el sector de la mescalina, o bien como promotores o como mano de obra. Elisabeth era una de esas mujeres que te dejan sin palabra. Entre otras, porque no te dejaba hablar. Aquella voz metálica... Dios! Aquel vodka me sentó realmente mal, como cuando te comes un cactus con el estómago vacío...